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Crónica SD Huesca 1 Real Mallorca 2

El Mallorca consiguió una importante victoria en su visita a Huesca en un encuentro en el que dominó desde casi el principio a su rival y en el que tiró de efectividad de cara a portería, consiguiendo los dos goles de su casillero antes de la primera media hora, limitándose a partir de entonces a controlas las acometidas locales. El partido comenzó con los dos equipos estudiándose y compartiendo el dominio del balón, en los primeros minutos Aveldaño probó de cabeza al portero local tras saque de falta y el Huesca no aprovechó una jugada embarullada. Camacho, con Timón fuera de la portería no acierta en su vaselina. Sin embargo, el partido se puso pronto de cara para los de Vázquez cuando, a la salida de un córner, Yuste peina el balón y Sissoko en el área pequeña empuja el balón a red. El gol dio tranquilidad a los bermellones que se hicieron con el control del partido. Fruto de esta superioridad, y tras una buena jugada colectiva, llegó el segundo tanto. Oriol recibió el balón con espacio y tras conducir unos metros empaló el balón desde 30 metros superando a Whalley y aumentando la distancia en el marcador. Los locales intentaron adelantar líneas y los espacios que se generaban los aprovechaba Ortuño para crear peligro. Un par de jugadas individuales del delantero no encontraron rematador por poco y la tercera la estrelló en el lateral de la red. Los últimos minutos de la primera parte fueron bastante tranquilos para los mallorquinistas, el equipo había juntado líneas y se dedicaba a defender su portería a base de anticipaciones y ayudas por lo que, quitando dos balones colgados, los locales no inquietaron a Wellenreuther. El segundo periodo comenzó con la misma solidez defensiva del Mallorca, con los de Anquela volcados sin crear peligro y los de Vázquez buscando salir a la contra y vigilando su espalda. Los minutos pasaban y las ocasiones locales venían de balones parados. Concretamente de saques de esquina que, en dos ocasiones casi seguidas, hicieron emplearse a fondo al portero alemán sacando el esférico de la misma línea de gol. Después de estas acciones puntuales, que metieron el miedo en el cuerpo de los isleños, el partido se durmió, se volvió cómodo, y los bermellones se limitaron a dejar pasar los minutos intentando, cuando recuperaban la bola, buscar las contras. Este fue el escenario, sin apenas sobresaltos, hasta los minutos de descuento cuando Samu Saiz recortó distancias y maquilló el resultado con un tiro lejano.